Esta edificación es sobre todo la construcción de una esquina, el ángulo recto que forma la calle Sevilla con la calle del Santísimo.
Concebida originariamente con un torreón mirador, quedó inconclusa. Por fuera, a partir de la torre inacabada y descubierta que funciona a modo de zaguán, la sencilla portada principal de finales del siglo XVI se organiza con un vano adintelado, cerrado por pilastras acanaladas propias del momento de transición al primer Barroco. La fachada rompe la horizontalidad del muro con el conjunto de cuatro cierros que avanzan hacia la calle.
Particular. No se visita.